Hidratamos la quinoa y, una vez cocida, la escurrimos y secamos. Estando completamente seca, la pasamos por las brasas en un colador para que adquiera los matices del humo.
De las cabezas del salmón, sacamos la piel de la frente y la escaldamos durante 1 minuto para que la textura sea más gelatinosa en la boca y la ponemos al punto de sal. Con la cabeza restante del salmón, elaboramos un fondo oscuro de salmón poniendo la cebolla, el puerro, la zanahoria, la cabeza tostada, laurel en agua hirviendo a fuego medio. Cocemos durante 1 hora y colamos el fondo para clarificarlo. Una vez reposado y limpio, reducimos a un 1/3 hasta conseguir textura de salsa. No añadimos mantequilla ni espesantes.